Sábado 23: Nos despertamos más temprano que nunca, seguía siendo noche hasta que llegamos al pie del glaciar, en el bus todos medio dormidos hasta que pusieron la canción, luego empezó el día, algunos optamos por llegar a la cima del glaciar en helicóptero, otros prefirieron hacer una caminata por la base del glaciar y otros no hacer nada. Esperamos en un café / tienda varias horas los del helicóptero porque necesitaban más visibilidad para salir, los de la caminata se fueron temprano, matamos tiempo jugando cartas, tomando fotos y hablando, la subida en helicóptero fue increíble, ver el glaciar FOX desde arriba no tiene precio, y aterrizar en pleno tope del glaciar tampoco, hacía frío pero era soportable, todo excelente. Luego partimos hacia Queenstown, increíbles paradas para batallas de nieve y fotos, almuerzo en carretera, al igual que en muchos países, en NZ la gente acostumbra a almorzar algo ligero y cenar fuerte, algunas veces el almuerzo eran unas papas fritas, un "pie de carne" o cualquier otra cosa rápida que no nos retrasara la hora de regreso al bus que siempre teníamos. Al llegar a Queenstown todo estaba cubierto de nieve y estábamos en medio de una tormenta, nieve por todas partes, las vistas del lago de la ciudad maravillosas, es una ciudad totalmente turística por todas las actividades de aventura y de invierno que se pueden hacer, extranjeros por todas partes. El hotel era buenísimo, "Aspen on Queenstown", con balcones en los que se podía saltar de una habitación a otra (excelente para las peleas de bolas de nieve). Llegamos casi de noche y nos fuimos al Skyline Restaurant, un restaurante en la cima de una montana en Queenstown de donde se ve toda la ciudad, para llegar tuvimos que tomar un teleférico (en realidad góndolas, las que son más pequeñas y nunca se paran, a diferencia de los teleféricos grandes que hay que esperar). Arriba teníamos mas de 200 items de comida para agarrar, la cena era tipo buffet, unas competencias de comida con Phil, el alemán de 2 mts, no fue fácil, come como 5 platos el bicho, la comida estaba buenísima, todos repetimos varias veces, era demasiado! Al final nos quedamos tomando un rato en la parte del bar del mirador, pero como las bebidas estaban caras nos fuimos luego hasta Buffalo Bar, en medio de la nieve y congelándonos, pero excelente rumbita la que nos esperaba, el sitio estaba lleno como casi todo en Queenstown, pero como veníamos con contiki nos dieron brazaletes y nos dejaron entrar, adentro del bar fogatas inmensas y pole dancing para el que quisiera. Luego de madrugada para regresar medio problemático, de regreso no teníamos bus porque cada quien se iba cuando quería siempre, el hotel quedaba tan arriba que muchos taxis no querían ir por la nieve, 45 minutos caminando cerro arriba de madrugada, tomados y con temperatura bajo cero no estaba fácil, después encontramos un taxi que nos llevara, bien!
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