Domingo 31: Todo me duele, ya me lo habían advertido pero pararse luego de hacer snowboarding por primera vez es doloroso, con la adrenalina de ver el cielo despejado y cero nieve cayendo, me encontré con Kristi en la oficina de Skydiving, en Shotover Street, pronóstico favorable, nos ponen a llenar unas planillas de no demandar a la empresa si algo sale mal WTF?... Luego Kristi me convence para hacer el salto más alto, 15.000 pies, 65 segundos de caída libre y casi 10 minutos de paracaídas, dicen que es un poco más peligroso por la presión y traen unas planillas extra donde dicen que es probable que al llegar a la máxima altura nos tengan que poner oxigeno antes de saltar, firmamos todo, nos ensenan unos videos y salimos, decidimos contratar por un monto extra a un saltador para que tome fotos y filme, excelente decisión. Nos vamos de la oficina hasta el lugar de salto en una van, más o menos a 20 minutos de Queenstown, es un sitio en medio de la nada pero en todo el medio de los "Remarkables", una cadena montañosa espectacular (la usada en todas las películas del señor de los anillos), totalmente nevadas por el invierno.
Esperamos un rato porque habían otros grupos antes, finalmente nos llaman y pasamos a una especie de hangar de aviones donde nos dan los jumpers, guantes, nos explican todo lo que tenemos que hacer y nos hacen una entrevista corta para la filmación. Abordamos el avión y la adrenalina se dispara, en pocos segundos la pequeña avioneta despega, ya cada quien amarrado al instructor, cada vez subimos mas, íbamos 6 clientes y 6 jumpmasters, mas algunos fotógrafos, en el pequeño avión que no tiene sillas ni nada, todos sentados casi encima de los otros, después de unos 8 minutos abren la puerta y ver a la gente saltando resultaba bizarro, saltando de un avión, luego dejaron la puerta abierta cuando saltaron los 4 y subieron hasta los 15.000 pies (los otros 4 no quisieron saltar de 15.000), al llegar salta Kristi y de último yo. La sensación que se experimenta al comienzo es muy rara, al saltar sientes por poco tiempo que vas cayendo, luego es como si estuvieras flotando, a 200km/h, dar vueltas en el aire y hacer piruetas es lo máximo, seguir volando y ver la curvatura de la tierra desde esa altura y en medio de la nada no tiene comparación, menos mal que elegí el más alto porque quería más tiempo, si hubiese elegido 9.000 o 12.000 pies hubiese sido extremadamente rápido. Luego de esos indescriptibles 65 segundos se abre el paracaídas, se siente un jalón hacia arriba y sentía que los oídos iban a explotar, no se escuchaba nada y parecía que en cualquier momento fueran a sangrar, cosa que daba risa por toda la emoción del momento, el fotógrafo / camarógrafo, luego que se abre el paracaídas, baja más rápido y espera desde el suelo para filmar la llegada. Luego del aterrizaje y otras fotos, nos ponemos a hablar los saltadores y todos se frotan las orejas, aparentemente es algo común, pero claro, a mayor altura la presión será mayor y dolerán más. Vale la pena totalmente.
En la tarde a comprar algunas cosas que hacían falta, luego en la noche a cenar en un restaurant mexicano con Kristi, Pete, Jared , Mel, Mike y Mathew, la comida muy buena, luego a recorrer bares, algunos cerrados, pasamos por Fraisers buscando unos Skittle Bombs, pero no había en ningún lado, luego terminamos un rato en Buffalo Club, mas tarde a caminar por ahí y se fueron varios, me quede con Matt y Mel, nos fuimos al bar de BASE HOSTEL, donde me estaba quedando, buenísimo de madrugada y con excelente música, Mel quería hacer unos body shots y luego a seguir tomando, nada mal la noche, muy buenas fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario